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Las croquetas son uno de esos platos que nunca pasan de moda. Crujientes por fuera, cremosas por dentro y con un sabor irresistible, son perfectas para compartir, aprovechar sobras o disfrutar como aperitivo. Pero ¿alguna vez has probado las croquetas de atún? Este clásico reinventado te sorprenderá por su sencillez, su sabor intenso y su versatilidad. En este artículo te contamos cómo prepararlas y por qué el atún en sobre es el ingrediente perfecto para darles un toque gourmet y saludable.
Las croquetas tradicionales suelen prepararse con pollo, jamón o bacalao, pero el atún en sobre aporta una alternativa más ligera, rápida y sabrosa. Además, su textura y su sabor combinan perfectamente con la bechamel, creando un bocado suave y lleno de matices marinos.
El atún es rico en proteínas de alta calidad y omega-3, por lo que, además de ser deliciosas, estas croquetas son una opción nutritiva que puede formar parte de una dieta equilibrada. Si quieres conocer más sobre sus propiedades, te recomendamos leer nuestro artículo “El atún y sus beneficios para una vida saludable”
¿Quieres un consejo extra? Si te sobra un poco del aceite del atún, no lo tires, puedes usarlo para dar más sabor a la bechamel o al sofrito de las croquetas, y en nuestro artículo "Cómo aprovechar el aceite del atún para cocinar" te contamos cómo sacarle todo el partido.
En una sartén, calienta el aceite del atún junto con la mantequilla. Sofríe la cebolla hasta que esté transparente.
Añade el atún desmenuzado y saltea unos minutos para potenciar su sabor.
Agrega la harina y remueve hasta que se tueste ligeramente. Luego, añade la leche poco a poco, sin dejar de remover, hasta obtener una mezcla espesa y cremosa.
Añade sal, pimienta y nuez moscada al gusto. Cocina unos minutos más hasta que la masa se despegue de la sartén.
Vierte la mezcla en una fuente, cúbrela con film transparente y deja enfriar al menos 3 horas en la nevera (o toda la noche).
Con las manos o dos cucharas, da forma a las croquetas. Pásalas por huevo batido y pan rallado.
Fríelas en aceite caliente hasta que estén doradas, o si prefieres una versión más ligera, hornéalas a 200 °C durante 15 minutos con un chorrito de aceite por encima.
Las croquetas de atún son muy versátiles: puedes servirlas como tapa, entrante o plato principal. Acompáñalas con una ensalada fresca, un alioli suave o una mayonesa con limón y perejil.
Y si te sobran, no te preocupes: se pueden congelar perfectamente. Solo tienes que colocarlas en una bandeja separadas entre sí, congelarlas, y luego guardarlas en una bolsa hermética.
Las croquetas de atún demuestran que los clásicos pueden reinventarse sin perder su esencia. Con ingredientes sencillos, un poco de creatividad y el sabor auténtico del atún en sobre, puedes transformar un plato de toda la vida en una propuesta moderna, saludable y deliciosa.
No pasa nada. Solo tienes que volver a ponerla al fuego unos minutos más para que evapore líquido o añadir una cucharada extra de harina. También puedes dejarla reposar más tiempo en la nevera para que tome cuerpo antes de formar las croquetas.
Claro. Solo tienes que usar harina de maíz (maicena) o harina de arroz en lugar de harina de trigo. Ambas funcionan muy bien para espesar la bechamel y son ideales si sigues una dieta sin gluten.
Si la masa está muy dura, añade un poco de leche caliente o un chorrito del aceite del atún mientras remueves, hasta conseguir una textura más cremosa.
Una vez formadas, puedes guardarlas hasta 3 días en el frigorífico, bien tapadas. Si ya están fritas, lo ideal es consumirlas en 24 horas para que mantengan su textura crujiente.
Guárdala en un recipiente hermético en la nevera hasta por 2 días, o congélala en porciones pequeñas para usarla más adelante.
Disfruta de todas las recetas que puedes hacer con los sobres de atún Dunia.
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